Wednesday, September 28, 2011

Qué hacer en situaciones de histeria total

1) Busca un lugar amplio, al aire libre donde te sientas cómodo.
2) CORRE hacia él, y colócate en el centro.
3) Repasa mentalmente todo aquello que te causa estrés, y almacénalo en algún sitio en tu cabeza que actúe como memoria RAM, donde lo tengas a la mano.
4) Ahora, con la información lista para utilizarse en tu cabeza, ve tomando aire lentamente, mientras sientes cómo la adrenalina fluye en todo tu cuerpo.
5) Asegúrate de ingresar la mayor cantidad de aire a tu cuerpo, empuja bien el diafragma hacia abajo: no desperdicies ni un centímetro cúbico de tu capacidad torácica.
6) Una vez que ya no puedas inspirar más aire, retenlo por unos segundos.
7) Grita, con la boca bien abierta, lo más fuerte que puedas. Utiliza todo el aire que has acumulado mientras rápidamente pones en primer plano todo aquello que colocaste en tu memoria RAM.
8) Cuando acabes de gritar, sonríe. Imagínate que todo aquello que te causó estrés ha salido ahora de tu cuerpo y de tu vida, y aunque des media vuelta y veas el cerro de quehaceres frente a ti, no dejes de sonreír, pues la vida no se trata de tener todo "en bandeja de plata". 
9) Abraza esos quehaceres y agradéceles estar presentes en tu vida, sino qué aburrida sería, ¿no te parece?
10) Ten en mente que este proceso puede repetirse una infinidad de veces (por supuesto mientras tu garganta te lo permita). Y un último tip: que no te intimide que haya gente viéndote raro mientras te desahogas. Al contrario, hazlo con la frente en alto pues tú sí tuviste la oportunidad de hacerlo. Buena Suerte.

Monday, September 26, 2011

Topando con pared

Es curioso darse cuenta que hay momentos en la vida en que uno ya no puede más, que desea separarse de su vida terrenal y trascender al más allá por siempre, con miras a poder descansar al fin de todo aquello que te molesta. Pero también es curioso darse cuenta de que uno no intenta tales cosas porque en el fondo, muy en el fondo está contento con su vida. Con sus amigos, con su familia e incluso con sus problemas.

En mi caso, acabo de topar con pared hace poco. (Y muy duro, cabe mencionar). Ocurre que llegó un punto en que quería tomar mis cosas, arrojarlas desde el piso más alto en mi escuela y salir corriendo de ahí (probablemente tomar el coche de mi hermano e irme lo más lejos que se me ocurriera). No me considero mala estudiante ni con dificultades de aprendizaje. Tampoco me refiero a que tenga una gran economía de energía (con esto último me refiero a la denominada "flojera"). Y mucho menos a que tengo límites. Simple y sencillamente me refiero a que llegué al borde de la histeria. A mi punto de ebullición. A esa sensación en la que te identificas completamente con un frasco sellado, y que de alguna manera está recibiendo contenido a una velocidad impresionante hasta que la presión interna te hace estallar. ¿Acaso lo has sentido? Probablemente sí. En lo personal, se debe a la excesiva carga de estrés. Que si tengo que hacer cinco tareas para mañana, estudiar para tres quizes y comenzar los proyectos parciales de cada materia; o que si tengo que ir a entrenar más seguido para rendir mejor en la próxima competencia; o que si el teclado que hay en mi sala me llama a gritos para tocar esa única canción que sé tocar a la perfección... En fin, una infinidad de cosas extras a esa vida diaria: clases de alemán -hay que repasar para no olvidar lo aprendido-, clases de canto -a cuidarse la garganta y comer menos chocolate OUCH-, entrenamientos para la Olimpiada de Biología, leer por gusto personal, ayudar con los quehaceres de la casa... Todo ello que recae sobre mi pequeña persona, mis ahora extenuados hombros. Pero también sobre mi voluntad inquebrantable. Es cierto que pasé por largos momentos de angustia mientras trataba de sortear todo esto, pero estoy convencida de que todo ello es por mi bien, por mi felicidad y por mi superación personal.

Yo creo que todo lo que hacemos deberíamos de hacerlo por convicción propia. No porque "mi mamá me metió a clases de fútbol para que no ande echando mosca en la casa", o porque "no tengo nada mejor que hacer y mejor perder el tiempo aquí que en mi casa". El hacer las cosas por convicción propia nos brindará la satisfacción necesaria para vencer toda esa pesadez que nos da el cumplir con ciertas tareas, para vencer esos miedos que todos pasamos alguna vez y para soportar esos desgastes físicos en el entrenamiento de tu deporte favorito. 

Entonces, ¿qué esperas? 

Thursday, September 15, 2011

Querido México: Feliz Cumpleaños

El día de hoy, mi hermosa nación cumple 201 años de existencia. Qué orgullo. Considero que la Independencia Mexicana es un suceso verdaderamente inspirador y digno de festejarse a lo grande. En la primaria aprendí que todo lo que se encuentra en el país, es de México. Los bosques, los lagos, los desiertos, las playas, los animales, las plantas y muchísimas cosas más. Nosotros también nos encontramos en el país, y nacimos aquí. Entonces, ¿hoy también es cumpleaños de cada uno de nosotros los mexicanos? Yo creo que muy en el fondo sí lo es. Todos los días nos desvivimos por dar lo mejor de nosotros a nuestro adorado país, que a pesar de no ser perfecto tiene un enorme valor sentimental para todos nosotros. 

"Independencia" es una palabra enorme. Para mí significa no depender más de alguien, poder tomar nuestras decisiones sin supervisión, hacer lo que nos guste sin exceder los límites éticos, ir a donde queramos, y sobretodo vivir por convicción propia. Todos los años, desde que tengo conciencia, me siento muy feliz en este día, porque me recuerda que es posible librarnos de esas cadenas que nos rodean y nos amarran al suelo. Me recuerda que es posible romperlas y volar tan alto como uno quiera (incluso hasta el infinito). Me recuerda que por más fea que sea una situación, no habrá poder humano en contenernos de lograr lo que nos propongamos como seres humanos. Como Mexicanos.

Es por eso que hoy me siento más feliz que otros años. Porque a pesar de la impresionante carga de trabajo que tengo sobre mis hombros (carga llamada "escuela"), tengo esos ánimos de que algún día será tiempo de cosechar, de ser independiente de esas cadenas y dar ese brinco al infinito que me espera. Sólo es cuestión de tiempo y de determinación. Sin más por el momento... ¡Viva México!

Thursday, September 1, 2011

El "sube y baja" de la vida


Muchas veces nos quejamos de cosas tan simples como que no nos gusta un platillo, que el color está feo, que el corte del vestido no nos queda, que el tacón está muy incómodo... Sin embargo, deberíamos detenernos a pensar más en ello. Hay personas que sufren mucho más que nosotros, y no necesariamente andan pregonando sus discapacidades, tragedias o tristezas. Esas personas que sufren, deciden callar cualquier comentario negativo, y gritar todo aquello que las haga felices, que las haga olvidarse de lo "malo" de la vida. Por cierto, yo creo que en la vida no hay cosas "buenas" o "malas", simplemente hay cosas. Situaciones que puede que nos agraden más que otras, así como algunas que nos desagraden o hagan enfadar. Es importante recordar que sin estas últimas, la vida sería muy monótona... ¿no lo crees? ¿Te imaginas qué pasaría si toooodo te sale bien? ¿Si no cometes NINGÚN error? ¿Si ya nunca vuelves a probar el fracaso? Yo creo que sería algo triste, algo chafa. Simplemente porque la vida no se trata de vivir "bien", sino de vivirla lo mejor que puedas con las cartas que te tocaron, así de fácil. Yo sé que habrá muchas personas que estén en desacuerdo conmigo, y es perfectamente válido. Quizá porque ellas hayan vivido cosas que no yo, o porque yo he vivido cosas que ellas no. O tal vez porque todos pensamos diferente (gracias a Dios). Cual sea la razón, hay que aprender a aceptar estas diferencias y tomar lo "bueno" de ellas. Es lo que nos hace crecer como personas. 

"Dios, Vida, hoy más que nunca les pido que se pongan de mi lado, que mi vida siga igual de hermosa como siempre lo ha sido, y que al mundo entero le espere lo mejor: escoger bien la jugada con sus cartas."

Cuando en el juego de la vida te encuentres arriba, disfrútala, vívela, pero no pierdas de vista el piso. Cuando estés abajo, disfrútala también, pues es tan sólo un break que la vida misma nos da para tomar un respiro y seguir disfrutando de todas las bendiciones que nos da. Siempre ve hacia arriba, pero no vivas pensando en lo bueno que viene, pues el tiempo de espera se hará aún más largo. En resumen: disfruta cada momento de tu vida. Todos son hermosos, aunque no lo veamos así.